Una deliciosa figurita que representa un corderito de chocolate bañado en azúcar glas.
Está elaborado siguiendo una antigua receta alemana y todavía se usa el molde original traído desde Alemania por unas monjas de la congregación hace más de 100 años.
A los niños, y no tan niños, les encanta la figurita. Es ideal para regalar en un cumpleaños. Y además, está sumamente delicioso y es muy tentador.